Voces por el cambio

Educamos para la paz y la no violencia

Por: Patricia Vargas, Coordinadora Nacional TdHSuisse Bolivia 

Este año nos ha tocado vivir muchas cosas a la vez; por una parte, la pandemia del covid-19, que ha cambiado el panorama mundial y nacional; la cuarentena, que ha tenido a niñas y niños encerrados por más de seis meses, y la clausura del año escolar, que ha coartado el derecho a la educación de la niñez.

 Por otra parte, la crisis política, las elecciones nacionales y una convulsionada agenda para superar el desafío de alcanzar una democracia plena.

En ese contexto, la violencia contra niñas y niños ha ido en aumento. En lo que va del año, la Fiscalía General del Estado boliviano ha reportado 102 feminicidios y 48 infanticidios, además de alrededor de 3.900 casos de violencia física contra niñas, niños y adolescentes, según el Viceministerio de Igualdad de Oportunidades.

Estas estadísticas representan a niñas y niños a quienes les han quitado la vida, en nombre de la disciplina o por un abuso de poder extremo. Detrás de los feminicidios hay también niñas y niños a quienes les han arrebatado a sus mamás, y las niñas y niños que sufren castigos físicos reciben el constante mensaje de que la niñez no es lo primero en nuestro país. Y a estas niñas y niños les espera un camino largo, arduo y revictimizante para lograr justicia.

Terre des Hommes Suisse brinda servicios de atención y protección a niñas y niños en situación de violencia desde una perspectiva de derechos, pero no es suficiente. Es importante pensar también qué respuesta buscamos para forjar mejores horizontes para la niñez. Por eso en Bolivia TdH ha decidido apostar por una educación basada en la no violencia, una educación para la paz, pensando en generar cambios en la vida cotidiana a partir del impulso a la libertad de expresión y a la libertad de ser como una o uno es en una sociedad que a veces rechaza las diferencias.

 

Una manera efectiva de lograr ciudadanía comprometida con el cambio social y la construcción de la paz, es promover el desarrollo de un sistema educativo que institucionalice la educación para la paz en las unidades educativas. Por lo general, los programas educativos incorporan los derechos en el desarrollo del currículo escolar, pero no reconocen el ejercicio de los mismos en el aula. Por eso, se trata de que propuesta y práctica vayan juntas. Educar para la paz es un desafío permanente de innovación y creatividad, que deje de lado las fórmulas educativas tradicionales y cree nuevos contenidos, metodologías y espacios, e incluya a nuevas y nuevos actores con quienes avanzar

La CN Bolivia a través de sus seis copartes, tiene presencia en 14 municipios distribuidos en cuatro departamentos de país; dos ubicados en la zona del Altiplano: La Paz y Potosí, y dos en la región del Valle, que son Cochabamba y Chuquisaca. Los proyectos que apoya alcanzan de manera directa a más de 13 mil niñas y niños, y cinco mil jóvenes. Forma parte de la plataforma de ONGS suizas y de la Alianza Joining Forces Bolivia, y está articulada a la Federación Internacional de TdH.

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