Por: Adriana Soler Torres, Terre des Hommes Suisse, CN Colombia y Paola Meneses Londoño, Coordinadora Programa, Fundación Tierra de Paz

Cauca es uno de los treinta y dos departamentos que tiene Colombia, e históricamente también es uno de los departamentos que más ha sufrido por cuenta del conflicto armado.

Sin embargo, es un territorio donde a pesar de los contextos, nacen siempre razones para poder creer en nuevos procesos; que vienen liderados ahora por cuenta de sus niños, niñas y jóvenes.

La Fundación Tierra de Paz, es una organización de Acción Humanitaria que trabaja con proyectos que generan un mayor [1]compromiso con las poblaciones afectadas por el conflicto armado, especialmente con las más vulnerables, niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ), y también por aquellas poblaciones duramente afectadas por desastres naturales, que están notoriamente marginadas de procesos de inclusión económica y social. Es también una de las Copartes con las que Terre des Hommes Suisse, por su Coordinación Nacional de Colombia lleva procesos de liderazgo.

Durante el 2020, enmarcados en una pandemia, lo que podría haber sido un pare por completo de actividades, ha sido una oportunidad y el sinónimo de poder trabajar en espiral, articular actividades y focalizar la acción y la perspectiva del trabajo comunitario para nuevas apuestas.

Sin embargo, para llegar a esta afirmación, nosotros como instituciones en gran medida tuvimos que enfrentar también la necesidad de redireccionar acciones, planes, tiempos, recursos humanos, técnicos y económicos y modos de operar; porque en un año que obligo a la sociedad a vivir distinto y a existir a través de la conectividad, en un Cauca, donde la mayoría de las zonas rurales igual que las de todo el país no cuentan con la infraestructura adecuada y accesible para un ejercicio virtual sin olvidar que la mayoría de las comunidades en especial la Afrodescendiente su identidad y narrativas se desarrollan en el ámbito de la tradición oral ser más que escrito o virtual; en donde subsisten medios como el perifoneo en sus plazas, la radio y el voz a voz, la conectividad no es algo que sea estable y menos asequible; porque muchas veces no hay las condiciones, presupuestos y medios para poder acceder a ella, además las prioridades son otras. Es más importante poder ganar para comer, que para poder conectarse a una red o a la internet. A esto se suma el presente doloroso que vive constantemente por cuenta de la violencia, y entonces no podías no hacerse nada frente a temas y alarmas como la deserción escolar y el reclutamiento, uso y utilización de los NNAJ y dejar de acompañar sicosocialmente a la comunidad, o no hacer campañas de autocuidado frente a un virus que existe y nos acompañara por un largo tiempo u otros factores de riesgo. No era una opción perder el foco y priorizar planes para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, así como también poder apoyar en gran parte a sus cuidadores, que se encuentran en una edad adulta fue primordial.

¿Qué ha hecho la Fundación Tierra de Paz, para no dejar de actuar y llegar a los NNJA?

Cada una de las acciones que realiza Tierra de Paz parten de un ejercicio de diagnóstico de necesidades en el cual se busca garantizar la participación de los diferentes actores comunitarios.

En este caso en particular se realizaron consultas con un grupo focal de líderes, lideresas, monitores o sabedores comunitarios, docentes y niños, niñas y adolescentes escolarizados, con quienes se logró tener un análisis de contexto actualizado y puntual frente al derecho a la educación y sus limitaciones en pandemia; así como otras necesidades que fueron abordadas a través de otras estrategias.

Guía para entender las acciones:

• Estudiar el contexto de la comunidad es vital, porque puede llevarnos a descubrir que lo que esta en planeación, máxime en un año en el que hay que operar el plan B, puede modificar las acciones que están trazadas para meses de trabajo de campo.
• La mirada de los adultos en los proyectos es importante, pero, también es importante poder tener la mirada de los chicos; sobre todo si las acciones tienen que ver con ellos y ellas.
• Es una buena estrategia focalizar el trabajo con grupos pequeños, ya que esto garantiza que se pueda tener mejor impacto y que a su vez estos sean multiplicadores de la experiencia.
• Buscar estrategias de acompañamiento, como las visitas a la comunidad.
• Tener espacios de escucha, para poder saber desde allí qué clase de herramientas conjuntas se pueden construir.
• Optimizar los recursos y priorizar.
• Apoyar e informar al equipo de trabajo de todo el cronograma de acciones, las expectativas, los tiempos, y las necesidades con las que se enfrentan a un proyecto en campo. Ya que de estas claridades y del uso de lenguajes cercanos depende gran parte su funcionalidad.
• Generar estrategias para poder acompañar a los docentes, o al líder de comunidad con el que se va a llevar la acción. Es bueno tener la mirada de que somos pares, no invasores de sus espacios, ni pasamos por encima de su quehacer.
• Contar con la organización de los jóvenes y ejercicio de liderazgo. Ellos y ellas tiene sentido de pertenencia, contexto de su realidad, y el espíritu de entrega para poder llevar procesos.
• Reconocer y visibilizar los logros y acciones de los chicos. Esto hace parte también de empoderar.
• Siempre las comunidades tienen necesidad de contar y visibilizar sus procesos, por eso es clave poder tener acciones que, en una línea de comunicación, puedan apoyar y fortalecer los procesos y proyectos. No a todos nos gusta aparecer en redes, o ser centro de atención, pero siempre existe una necesidad inherente de poder comunicar a otros.
• Usar las herramientas comunes de la comunidad. Esto es por ejemplo usar los instrumentos que están validados como fuente y transmisión de información. (La radio, el perifoneo).
• Tener presente las recomendaciones constantes por parte de los entes oficiales.
• Mantener la claridad en lo que se puede hacer y lo que se quisiera hacer.
• Contemplar los factores de riesgo, los procesos de acompañamiento, los espacios informativos y la sensibilización comunitaria.
• Tener claro cuáles son nuestros alcances y los alcances del proyecto. (objetivo)
• Conocer y partir de los ámbitos en los que se desarrolla cada actividad de la intervención.
• Realizar un diagnóstico o evaluación de necesidades con grupos focales – esto implica el desarrollo y análisis de una matriz de análisis de datos.
• Contar con una red de apoyo comunitario, o como en el caso de Tierra de Paz, contar con la figura de enlaces comunitarios, quienes son líderes o lideresas de la comunidad (egresados del proyecto- jóvenes) con quienes se trabaja y dinamiza el mismo.

[1] Tomado de página oficial Fundación Tierra de Paz, https://www.fundaciontierradepaz.org/?fbclid=IwAR0ZwMdOplp2QVNwu96TN7v7P0LTfDWu969ijh8RE_2aOnAQS9VCfUaQwDQ Revisado 7 noviembre de 2020.