La educación virtual genera preocupación entre niños, niñas y jóvenes

Por Alex Tarqui Llusco

Niño periodista e integrante del Consejo Nacional Consultivo de Niñas, Niños, Adolescentes y Jóvenes de Terre des Hommes Suisse en Bolivia

La pandemia del covid-19 le dio un giro de 180 grados a nuestras vidas y a nuestras rutinas, debido a las acciones del gobierno que dispuso cuarentena y suspensión de clases para evitar la expansión de contagios del covid-19. Esta situación trajo consigo varios desafíos para afrontarlos, entre ellos la educación en línea o digital que llegó para quedarse por tiempo indefinido, lo que genera preocupaciones constantes entre las niñas, niños, adolescentes y jóvenes.

Si antes de la pandemia, las y los estudiantes ya percibían que los conocimientos que les impartían en las aulas escolares estaban muy distanciados de su realidad, ahora, viéndose forzados a emplear las tecnologías de la comunicación en condiciones limitadas, mayores podrían ser las brechas para alcanzar una formación integral.

Son varios los problemas que enfrentan las niñas, niños, adolescentes y jóvenes en su adecuación a esta nueva modalidad de educación, por un lado, están las generadas por las y los maestros que tienen sus propias dificultades, y por el otro, las y los mismos estudiantes.

El no haber tenido una capacitación previa en el uso de las herramientas digitales y el que tampoco hayan podido realizar una planificación adecuada, debido a lo inesperado de la situación provocada por el covid-19, ha ocasionado que las y los maestros hayan sustituido las clases presenciales por una gran cantidad de tareas. Esto ha sido frustrante para las y los estudiantes, porque no solo han tenido que estar pegados muchas más horas al día a sus equipos –quienes los tienen–, sino que no siempre han podido entregar sus trabajos a tiempo por sus dificultades de conectividad.

Además, si bien al inicio de la cuarentena se observó una brecha en el manejo de las herramientas digitales que favorecían a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, esto pronto fue sustituido por la verticalidad de siempre. Al principio se generó un momento de horizontalidad, ya que hubo maestras y maestros que incluso tuvieron que pedir ayuda a sus estudiantes para manejar, pero fue muy breve. Esta fue la paradoja que vivieron, porque se pasa de un momento en que los celulares, por ejemplo, eran prohibidos en los colegios a otro en que son imprescindibles para la educación.

En cuanto a la educación en línea en sí misma, un aspecto que se debe mencionar y que es un obstáculo, es que hay docentes que tratan de replicar el manejo conductista del aula, pero en el espacio virtual. Para muchas y muchos estudiantes las clases son una tortura, porque debido a las dificultades de conectividad las exposiciones magistrales de las y los profesores se escuchan entrecortadas o se paralizan, lo que genera confusión y angustia, porque la tarea está basada en esas explicaciones.

En definitiva, lo que se necesita en este momento no solo es que las y los maestros preserven sus puestos de trabajo, sino que se generen estrategias para que las y los estudiantes tengan una educación de calidad que sea útil para su futuro, considerando sobre todo los estragos que está ocasionando la pandemia del covid-19 a nivel mundial.

La CN Bolivia a través de sus seis copartes, tiene presencia en 14 municipios distribuidos en cuatro departamentos de país; dos ubicados en la zona del Altiplano: La Paz y Potosí, y dos en la región del Valle, que son Cochabamba y Chuquisaca. Los proyectos que apoya alcanzan de manera directa a más de 13 mil niñas y niños, y cinco mil jóvenes. Forma parte de la plataforma de ONGS suizas y de la Alianza Joining Forces Bolivia, y está articulada a la Federación Internacional de TdH.

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